Aprendizaje Colaborativo

Aprendizaje Colaborativo
Autora: Jeanette Chaljub, D. Ed.



     El concepto de Educación lleva consigo una transformación de los actores involucrados en el desarrollo de su praxis. La misma tiene sentido cuando pretende satisfacer las necesidades e intereses de la sociedad en la que está inmersa y del mundo, en general. Si bien es cierto que las modificaciones curriculares llevan un tiempo para establecerse antes de proceder a cambios, no es menos cierto que las innovaciones siempre son importantes y necesarias de acuerdo a los grupos de estudiantes a quienes van dirigidos los procesos de enseñanza y aprendizaje. Son muchas las escuelas modernas que se están enfocando en reformular sus prácticas pedagógicas con miras a conseguir unos logros u objetivos deseados para los diferentes niveles. Las líneas de investigación y propuestas existentes son tan múltiples como pedagogos y didactas hayan.
    En lo que sí coinciden es en la búsqueda de indicadores que promuevan un aprendizaje auténtico y que la planificación se diseñe basada en situaciones de enseñanza lo más cercanas a la realidad de los estudiantes. El componente social que subyace en todo contexto educativo es inherente al aspecto humanista, el cual permea todo el quehacer pedagógico. Por lo tanto, el proceso de enseñanza y sus resultados en el aprendiz está formulado por seres humanos y para seres humanos. La premisa se refiere a que el propósito principal es lograr, a través de la interacción con los demás un profundo conocimiento del contenido, así como el desarrollo de los niveles de pensamiento y un aprendizaje autogestionable por parte de los estudiantes.
     En nuestras sociedades occidentales y, me atrevo a afirmar, en todas partes del mundo hay un creciente deterioro del respeto a los demás, existe poco o ningún deseo de hacer un esfuerzo por mantener una armonía entre los seres humanos. Como expresé en los párrafos iniciales se manifiesta cada vez más la necesidad de innovar en el seno de los enfoques didácticos en busca de soluciones a los problemas que se presentan en cada sociedad en particular.
      Basándonos en los apartados anteriores, el aprendizaje colaborativo surge como resultado del enfoque social de la enseñanza a través del trabajo colaborativo. Este último definido por Cabero (2003: 135) como “una metodología de enseñanza basada en la creencia de que el aprendizaje se incrementa cuando los estudiantes desarrollan destrezas cooperativas para aprender a solucionar los problemas y acciones educativas en las cuales se ven inmersos”. Se les enseña a resolver situaciones previamente planteadas para lograr objetivos comunes. No se trata de lo que, comúnmente, conocemos como “trabajo en equipo”, donde cada cual realiza su parte correspondiente y, luego, se unen esos fragmentos para formar el trabajo final. El aprendizaje a través del trabajo colaborativo va más allá, es promover el pensamiento mancomunado. En este tipo de metodología no importa tanto el producto como el proceso en sí… es cómo se logra el propósito tanto de manera individual como grupal.
    Entre las ventajas que podemos citar están: interdependencia positiva, desarrollo de habilidades como: comunicación efectiva, liderazgo, valoración de la opinión de los demás, pensamiento crítico, actitud pro-activa hacia el trabajo, interés por aprender. Además fomenta el respeto, seguridad en sí mismo, la confianza en los demás.
    En este contexto de ideas, axiomáticamente surgen los nuevos roles de los actores del proceso, tanto de los estudiantes como de los profesores. Esto así porque ya el maestro, como orientador, guía y facilitador, mediante la creatividad y con objetivos claros, necesarios en todo proceso de enseñanza, debe utilizar recursos y estrategias de los más variopintos para crear un entorno de aprendizaje que potencie la colaboración entre sus estudiantes. Éstos últimos, a su vez, aprenden a trabajar juntos, se ayudan unos con otros en la búsqueda y construcción del conocimiento. Todos tienen la oportunidad de contribuir, desde sus fortalezas y debilidades a la construcción del conocimiento y se aprecia y valora la contribución de los demás. En mi opinión, este tipo de metodología refuerza, de manera positiva, las relaciones interpersonales. Se extrae, de lo anterior que, en el enfoque colaborativo, un punto importante es que los estudiantes trabajen juntos para metas comunes que no podrían conseguir de manera individual.
   En suma, así como el docente debe ir cambiando su visión de modelo tradicional de enseñanza; en esta misma línea debe irse entrenando al estudiante a una nueva estructura de trabajo y de pensamiento. Con relación al aprendizaje colaborativo, Abreu (2006) afirma que “es el referente que orienta los esfuerzos que dejan de tener nombre y apellido para convertirse en un esfuerzo grupal, sin protagonismo ni luchas de poder a pesar de las connaturales tensiones que surgen en cualquier escenario en el cual se interrelacionan los seres humanos.”



Referencias Bibliográficas:

1)      Abreu, C. (2006). El valor de trabajar en equipo. Edulogía, 1(5).
2)      Cabero Almenara, J. (2003). Principios pedagógicos, psicológicos y sociológicos del trabajo colaborativo: Su proyección en la telenseñanza. En F. Martínez (coord.). Redes de comunicación en la enseñanza: Las nuevas perspectivas del trabajo corporativo. (pp.129-155). Barcelona: Paidós.



Comentarios

  1. Definitivamente cuando interactuamos con otras personas algo nos llevamos, algo aprendemos y esto no solo es para el estudiante, para el docente, cada estudiante, cada grupo deja un ´aprendizaje que como entes de cambio debemos evlauar y ajustar. De nada vale mantenernos estaticos en nuestos conceptos, la belleza está en adaptarnos a las nuevas tendencias, a las necesidades e intereses de cada grupo que pasa por nuestras aulas. Lograr conectar con el estudiante desde su perspectiva. Si nos mantenemos utilizando una sola perspectiva, la dinamica en al aula será pesada y monotona

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    1. Gracias, Claudia.

      En la misma línea de tu exposición, concuerdo en que es imperante que el docente promueva diversas estrategias, sobre todo, aquellas que involucren la participación activa para potenciar el interés de los estudiantes.

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  2. Nosotros los docentes, tenemos la tarea de propiciar ese espacio donde todos compartamos y estructuremos el aprendizaje basado en nuestras experiencias, contrastando con la teoría. Es enriquecedor ver una clase altamente motivada y esto hoy día lo logramos cuando los estudiantes modelan el trabajo cooperativo, aun cuando existen puntos de vistas diferentes.

    Es nuestra tarea hacer que el trabajo colaborativo sea parte esencial de nuestras clases.

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  3. Hola, Frank:
    Definitivamente quien guía los procesos didácticos es el profesor. Es el primer factor que incide en el ambiente de clase.

    Saludos,
    Jeanette

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